Formalizaron su compromiso en octubre del 2010 y tenían planes de familia, pero todo llega a su fin. Para acabar el año, Russell anunciaba que había pedido el divorcio en el tribunal de Los Ángeles.
Argumentando "diferencias irreconciliables", Russell Brand interponía la demanda de divorcio contra la cantante Katy Perry, y momentos después Brand emitia una nota de prensa donde decía: "Lamentablemente, Katy y yo damos por concluido nuestro matrimonio. Yo siempre la he adorado y sé que vamos a seguir siendo amigos".
La cosa es que ya se veía venir la situación, puesto que la pareja celebró las navidades por separado. Mientras Katy celebraba estas fechas junto a su familia y amigos en Hawai en una villa privada, Russell las pasaba en Cornualles, al sur de Inglaterra, con su familia. "Ellos no se han separado todavía, pero la situación no es buena. Sus peleas son cada vez peores por lo que la separación puede llegar más pronto de lo que se cree. Los dos son muy dramáticos por lo que la relación no va a durar", admitían fuentes cercanas a la pareja.
Y así ha sido. Tras un año de matrimonio, el 2012 empieza con dos solteros más en el mercado.
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