Carolina Herrera

Inspiración: la colección se inspira en el arte cinético de los venezolanos Jesús Rafael Soto y Carlos Cruz Díez, amigos de la diseñadora, arte que tuvo su auge durante los años cincuenta y sesenta. “Se va usted a marear”, bromeaba Carolina Herrera con los periodistas antes del comienzo del desfile.

Colores: la paleta de colores se basa en el clásico blanco y negro, y se completa con tonos como el ciruela, el verde o el naranja.

Estampados: las líneas son una pieza clave en esta colección para crear ese efecto óptico que busca la diseñadora. Además, esto se potencia con las múltiples capas de telas vaporosas superpuestas, que dan una sensación de mayor profundidad.

Materiales: las protagonistas son las telas vaporosas, como las gasas y organzas de seda, aunque también encontramos raso y algodón.

El corte: encontramos una superposición textil que crea volúmenes y contrasta con prendas de corte más estructural y minimalista.

Destaca: el juego del arte cinético llevado hasta el límite al apostar por las telas vaporosas y estampados lineales incluso en bikinis.

Nos encanta: el conjunto que sirvió de apertura al desfile, compuesto por una camisa blanca de piqué de algodón, corte estructural y de estilo crop top, combinada con una falda negra de talle alto y larga hasta el suelo, con capas vaporosas superpuestas que crean ondulaciones que contrastan con la sobriedad de la parte superior.

Los looks: las modelos lucen un maquillaje sencillo acorde con el minimalismo de la colección, casi invisible. En cuanto al cabello, los recogidos también ceden todo el protagonismo a las prendas de la colección.

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