Los puntos negros son simplemente poros dilatados por exceso de grasa o suciedad. Principalmente estos aparecen en la nariz, aunque también aparecen con bastante frecuencia en la barbilla e incluso en cualquier zona de la cara.
Una vez que sabemos bien qué son, tenemos que buscar soluciones para combatirlos, y este es el lugar donde surgen los problemas. La mayoría de la gente se empeña en apretar con las uñas para que salga la suciedad, y con esto lo único que podemos provocar es una infección (además de que es imposible llegar a todos los recovecos de la nariz de esta forma). Así que ni se te ocurra intentar sacarlos de tal manera.
Y ahora toca el momento de ensañarte como sí debes hacerlo. Existen varias formas:
- Recurrir a productos específicos, como pueden ser las tiras que se pegan a la piel y al retirarlas con un tirón en seco eliminan los puntos negros; o los sobres que son una especie de mascarilla peel off, es decir, que al secarse se quedan como un pellejito muy fácil de retirar. Ambos productos podrás encontrarlos en farmacias y perfumerías.
- Otra opción, que es un poco más sacrificada, es limpiar la piel diariamente con un exfoliante (o hacerlo tú mismo con gel y azúcar). Esto hará que poco a poco los puntos negros vayan desapareciendo de tu nariz y evitaras que vuelvan a aparecer.
- También puedes hacer una limpieza más profunda, ya sea en un centro de estética o tú misma en casa. Si optas por hacerla en casa, calienta agua y date vapores unos 15 minutos. Después, con la ayuda de un poco de papel higiénico, aprieta suavemente y saldrá toda la suciedad.
Aunque optes por cualquiera de los métodos anteriores, debes de seguir una limpieza diaria para intentar evitar que estos vuelvan a aparecer y conseguir eliminarlos correctamente. Esta limpieza debe empezar por limpiar la cara mañana y noche con un gel, usar un tónico y una crema hidratante que se adapte a nuestro tipo de piel. Desmaquillarse siempre antes de acostarse es otra de las claves y por supuesto, usar maquillajes que no saturen los poros, es decir, que sean libres de grasas.
Nadie dijo que conseguirlo sea fácil, pero no es imposible.