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20 activistas muertos en Brasil en  3 años

20 activistas muertos en Brasil en  3 años

jueves 16 de octubre de 2014, 19:09h

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Amnistía Internacional (AI) advierte de que con la muerte del biólogo son 20 los activistas asesinados en Brasil por defender la naturaleza en los últimos tres años.

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La reciente muerte del biólogo español Gonzalo Alonso Hernández es un ejemplo más de los hostigamientos y ataques que sufren los activistas en Brasil a manos de las fuerzas de seguridad, los paramilitares y las bandas criminales-dice esta organización- al tiempo que denuncia que al menos 20 personas han sido asesinadas en el país entre 2011 y 2012 por su defensa del medioambiente.

Gonzalo Alonso Hernandez, de 49 años y conocido por su activismo en defensa del medioambiente frente a los cazadores clandestinos y los ganaderos, apareció muerto la semana pasada con varios disparos en la cabeza en el Estado brasileño de Río de Janeiro.

"Tras la muerte en Río de Janeiro del activista ambiental español, Gonzalo Alonso Hernández, cuyo caso todavía se está investigando, Amnistía Internacional reitera su preocupación por la situación que viven los defensores y defensoras de Derechos Humanos en Brasil, quienes continúan sufriendo intimidación, hostigamiento y ataques a manos de las fuerzas de seguridad, los grupos paramilitares y las bandas criminales", declaraba la organización en un comunicado.

Como ejemplo de los hostigamientos, Amnistía cita el caso de Laísa Santos, miembro del grupo de Trabajadoras Artesanales Extractivistas, que trabaja por la defensa de la Amazonia, y que ha sufrido varios ataques y amenazas de muerte. "Su hermana y su cuñado fueron asesinados en represalia por el propio activismo de Laísa", han denunciado.

Otro de los casos documentados por Amnistía Internacional es el del defensor de derechos humanos Alexandre Anderson de Souza, presidente de la Asociación de Hombres y Mujeres del Mar (AHOMAR), que denuncia los proyectos de desarrollo que se están llevando a cabo en la Bahía de Guanabara y que al parecer causan daños medioambientales graves y duraderos. "Tanto Alexandre como su esposa, Daiza Meneses, han sido amenazados y cuatro miembros de la organización han sido asesinados", asegura AI.

Estos y otros cerca de 300 casos de amenazas, intimidación, hostigamiento, ataques y asesinatos en todo el continente americano han sido documentados por Amnistía Internacional en su informe Transformar el dolor en esperanza: defensores de Derechos humanos en América, publicado a finales de 2012.

Sus análisis de los vertidos ilegales en el río podrían haber sido la causa de su ejecución

La policía brasileña tiene como principal línea de investigación de la muerte del español Gonzalo Alonso Hernández unos vertidos ilegales que se podrían estar realizando en el río donde fue encontrado su cadáver.

El ecologista, de 48 años y procedente de Santander, fue hallado muerto de un tiro en la nuca el martes pasado en una cascada de agua en el Parque Cunhambebe, en el Estado de Río de Janeiro, donde vivía desde hacía diez años con su mujer, Maria de Lourdes Pena Campos.

Los investigadores manejan varias hipótesis, pero la que más pesa es la de esta actividad ilegal, según el hermano del fallecido, Jesús Alonso.

“Gonzalo estaba realizando un análisis periódico de las aguas donde lo encontraron muerto. En el ordenador que se llevaron tenía la información que demostraba que se realizaban vertidos”, contaba por teléfono.

Gonzalo Alonso era el mayor de cinco hermanos. Su padre era telegrafista en Madrid, pero él nació en Porrúa, un barrio humilde de Santander. Tenía un hijo de 17 años fruto de una relación anterior. El menor, que vive en Madrid, se ha enterado del asesinato por la prensa. “Queríamos decírselo, pero no nos ha dado tiempo; el niño ahora está muy mal”, lamenta Alonso.

La familia de Gonzalo en Santander supo de su desaparición el pasado lunes de madrugada porque fueron avisados por teléfono por los vecinos de la zona, que se ofrecieron a buscarle aunque advirtieron que seguramente lo hallarían muerto. “La viuda de mi hermano se puso en contacto con varios directivos de Telefónica —empresa en la que trabajó varios años el biólogo antes de dedicarse a defender el medio ambiente— , y gracias a que estos presionaron a la policía, se puso en marcha una investigación”, describe Jesús Alonso. Ocho horas después del inicio de la batida, Gonzalo fue hallado en el mismo río cuyas aguas había estado analizando.

La última vez que Gonzalo visitó su tierra y a su familia fue durante las pasadas navidades, pero ni siquiera entonces habló al detalle de su trabajo. “Nos preocupaba que viviera solo y aislado, por si se ponía enfermo o tenía un accidente, no imaginábamos que por unos vertidos le pudieran matar”, lamenta su hermano.

No se capturará a los responsables

Las pesquisas siguen su curso, pero la familia de Gonzalo no tiene esperanzas de que se encuentre a su asesino. “El día anterior había un helicóptero que volaba bajo por la zona, algo que nos han dicho que no suele pasar”, relata Jesús Alonso.

“Entendemos que estaba reconociendo la zona para matar a mi hermano, y que si alguien tiene medios para eso, también puede sobornar a policías y otras autoridades”, critica.

Dos hermanos de Gonzalo se han trasladado ya a Brasil para enterrar el cadáver. La voluntad del fallecido era ser incinerado, pero finalmente será enterrado en un cementerio cercano ya que las autoridades no permiten realizar la cremación ni repatriarlo a España por si hiciera falta extraer ADN del cuerpo.

La familia está en contacto con un oficial del consulado español en Río que les mantiene informados de la investigación. Para la familia, el único consuelo es que la muerte de Gonzalo sirva para que el Gobierno brasileño se decida a dar la protección medioambiental necesaria a la zona que el ecologista defendía, “No sería una muerte inútil”, concluye Jesús.

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