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El Asperger y la falta de empatía triunfan en la pequeña pantalla

El Asperger y la falta de empatía triunfan en la pequeña pantalla

jueves 16 de octubre de 2014, 19:09h

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Sonya Cross, Sherlock Holmes, Will Graham, Sheldom Cooper... son muchos los personajes de las series de éxito en antena que padecen algún problema o trastorno mental. Brillantes en lo profesional, pero unos ineptos en lo personal.

De unos años a esta parte la ficción televisiva ha encontrado un filón en los asesinos en serie y en los personajes con algún tipo de problema mental. En algunos casos, incluso, juntan esas características en un mismo protagonista como ocurre con Dexter, un psicópata que lucha por canalizar esta patología hacia lo que él y su padre consideran un uso justo de la misma: matar solo a criminales.

La mayoría de los personajes afectados, sea cuál sea su problema o trastorno, coincide en el hecho de ser personas brillantes en su trabajo, pero con serios problemas para encauzar su vida personal. Tan inteligentes y capaces para desarrollarse profesionalmente y tan torpes para mostrar empatía por sus semejantes.

Aunque si bien Sheldon y Sonya comparten patología, el tono con el que se trata es distinto. Las series, cómo sus trabajos, son bien distintos, pues no es lo mismo tener un problema de empatía para un científico que se pasa los días en un laboratorio que para un agente de la ley que debe comunicar la muerte de un ser querido a sus familiares.

Otro comportamiento parecido al de Sheldon lo encontramos en House o Shelock Holmes. Sherlock, interpretado por Benedict Cumberbatch para la serie de la BBC, el detective privado creado por Conan Doyle es incapaz de mostrar empatía. Si bien, en su caso, más que porque sufra de algún tipo de trastorno se debe a su particular personalidad.

La hiperdesarrollada capacidad deductiva que atesora le coloca varios peldaños por encima del común de los mortales y eso hace que mire por encima del hombro a todo ser humano que considere de una inteligencia inferior.

Exactamente lo mismo que hace Sheldon Cooper y casi lo mismo que hace al principio la protagonista de Bones. Hasta la fecha, Holmes solo ha encontrado rivales a su altura, dicho por él mismo, en Jim Moriarty (Andrew Scott) e Irene Adler (Lara Pulver). Eso sí, aunque le cuesta, muestra cierta debilidad afectuosa por su ayudante John Watson (Martin Freeman) y su casera, la señora Hudson (Uma Stubbs).

Asperger, aunque sus creadores no terminen de confirmarlo, podría ser también la enfermedad del veterano Sheldon Cooper. Interpretar a este joven tan inteligente como inepto socialmente y con una larga lista de manías en su haber le ha valido a Jim Parsons numerosos reconocimientos -globo de Oro incluido- desde que se presentase en el piloto de The Big Bang Theory hace ya seis años.

La última en unirse a este particular grupo que crece cada año ha sido Diane Kruger. La actriz es la protagonista de The Bridge, la apuesta veraniega de Fox estrenada hace solo unas semanas. Interpreta a Sonya Cross, una agente de la frontera estadounidense con México que padece "un trastorno diagnosticado dentro del espectro del autismo", conocido como Asperger, un síndrome que le impide empatizar con el resto del mundo. En su trabajo como policía de campo es muy buena, pero falla en el trato personal, en el que peca de ser demasiado directa, sin tacto alguno.

El caso es que parece que últimamente todas las series que triunfan, con pocas excepciones, algunas con gran éxito,  tienen a algún personaje con problemas mentales o aires de superioridad.

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