Tras conocer el comunicado que pedía modelitos discretos en la quincuagésima entrega de los premios Grammy, esperaba impaciente para ver cómo se las ingeniaban las celebs para ir recatadas pero sexys, y si esta condición derivaría en elegancia o en rebeldía.
En teoría, el comunicado dejaba claro que las mujeres debían evitar las transparencias de los vestidos en zonas como el pecho o el trasero, así como la excesiva exposición de dichas partes con escotes de vértigo o tangas a la vista. Y, siguiendo la teoría a rajatabla, Adele y pocas más siguieron dichas normas. Reinaron las transparencias y hubo escotes pronunciados, pero eso sí, reinó la elegancia.
Nuestras favoritas siguieron (en mayor o menor medida…) el código, aunque hubo algunas reticentes, como Jennifer López, quien optó por una abertura de vértigo en la falda del vestido que no dudó en mostrar ante los flashes. Desfiló por la alfombra roja con un diseño de Anthony Vaccarello, asimétrico y de escote recatado, aunque con una abertura hasta la cadera, y una rebelde pierna completa al descubierto en sus poses para los fotógrafos. No nos convence el vestido ni su recogido extratirante, con el pelazo que tiene Jlo es una pena no lucirlo. En cuanto a escotes pronunciados, el de Katy Perry y su Gucci verde manzana desafió el comunicado, aunque por lo general hay que reconocer que sí cumplió la petición de discreción.
Nuestra lista de favoritas tiene a Rihanna a la cabeza. Lució un espectacular diseño rojo de Azzedine Alaïa creado con un tejido vaporoso que creaba un juego de transparencias a lo largo de su cuerpo. El pelo largo con ondas y dos tonos así como el maquillaje sencillo y los labios rouge hacen que esté perfecta.
Taylor Swift, una vez más, da en el clavo vestida de su color favorito, el blanco, con un vestido vaporoso de inspiración helénica con apliques plateados de J. Mendel. El recogido, coronado con una trenza, así como su sencillez, hacían que pareciese una guapísima diosa griega.
Ya os comentábamos en nuestro artículo de la alfombra roja de los SAG Awards que Kelly Osbourne, quien antes destacaba por su mal gusto, nos estaba dejando en sus últimas apariciones bastante sorprendidas. Pues ahora no me considero sorprendida, sino que estoy con la boca abierta. Entra de lleno en nuestras más elegantes con un sobrio vestido negro de Paule Ka con aberturas en la cintura y un lazo en la espalda. Ni el peinado ni los complementos me convencen demasiado, pero teniendo en cuenta que no son excesivos y no le restan elegancia, esta vez hay que felicitar a Kelly por su estilismo.
Entre tanto vestido, Beyoncé optó por darle un giro a su estilismo luciendo un mono de Osman con una de las tendencias que pisan fuerte para las próximas temporadas, el bicolor negro. Lo complementó con un clutch de Swarovski y joyas sencillas de Lorraine Schwartz. El toque de color lo aportó el rojo de los labios y de las uñas de los pies, que se entreveían en sus sandalias peep toe.
Aunque hubo más asistentes muy guapas y elegantes, la lista se cierra con la cantante Carrie Underwood, con un vestido negro con detalles de encaje y corte sirena firmado por Cavalli. El maquillaje nude con ojos ahumados en negro, la manicura rouge y la sencillez de complementos y en cuanto a peinado la hace más que merecedora de estar entre las más elegantes.
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