Inspiración: DVF presenta una colección muy seventies, con claras reminiscencias de los años 70 tanto en los cortes como en los estampados. Por otro lado, los tejidos brillantes dejan patente el espíritu festivo de la colección.
Colores: encontramos una gama muy variada, con marrones que van desde el camel hasta el terracota, con negro y su fiel compañero, el blanco, y también colores llamativos como el rojo, el fucsia, el magenta o el turquesa.
Estampados: predominan dos en la colección, el animal print encarnado en estampado de leopardo, presente en prendas y accesorios y combinado con tejidos de apariencia metálica, y estampados muy setenteros con aires psicodélicos.
Materiales: encontramos desde terciopelo, cuero, ante y pelo hasta ligeros tejidos vaporosos y transparentes. El aire festivo queda patente en tejidos brillantes y satinados y texturas metalizadas.
El corte: la inspiración setentera aporta en la colección patrones como largos por la rodilla, mangas largas con volumen, aberturas en el escote y cinturas marcadas.
Destaca: los juegos de texturas conseguidos con la superposición de tejidos muy diferentes, como tejidos metálicos y pelo. Sin embargo, en esta colección no es todo muy recargado y lleno de superposiciones; encontramos la contraposición encarnada en total looks compuestos por prendas del mismo color o estampado.
Nos encanta: la apuesta por el exceso en el look que combina animal print con tejidos dorados, clara expresión de la festividad de la colección.
Los looks: son sencillos, como muchos de ellos en esta Semana de la Moda. Se caracterizan por tener la raya al lado y marcar ondas de estilo setentero en los cabellos de las modelos, aunque cuidadosamente despeinadas para dar al pelo un aire casual, nada estructurado. En cuanto al maquillaje, es prácticamente invisible a excepción de los labios magenta.
Si (
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