Fíjate un propósito concreto: cuanto más concreto sea, más fácil será de conseguir. Tienes que tratarlo como una meta y ésta ha de ser específica. Por ejemplo, es mejor que en lugar de plantearte que quieres perder peso, digas “quiero perder 5 kg”, porque si tu meta no está clara, tu propósito perderá eficacia y, al final, no te motivará lo suficiente.
Fíjate una fecha para cumplirlo: tiene que ver con lo anterior. Si tu propósito está claro pero no tienes una fecha límite, al final tampoco lo cumplirás. Si a tu propósito de perder 5 kg le pones de meta 6 semanas, durante ese mes y medio seguirás una dieta algo más estricta y una rutina de ejercicios a raja tabla. Sin embargo, si no hay un tiempo determinado, en lugar de salir a correr dirás: “bueno, tengo tiempo para conseguirlo, ya iré mañana…” y ese mañana acaba por no llegar nunca.
Escríbelo y compártelo: según investigaciones realizadas, cuando las personas escriben su propósito y lo dejan en un lugar donde puedan verlo todos los días (por ejemplo, en un post-it en la nevera) son más perseverantes que quienes no lo hacen y consiguen llegar a cumplirlo. Otra buena forma de obligarse es compartir con tu familia o amigos el propósito, porque si hay alguien que tenga el mismo, podrás ir con la otra persona a correr, al gimnasio, o comer de manera más sana junto con tu madre o con tu chico, y la unión hace la fuerza.
Tus metas han de ser realistas: tienes que pensar de una manera realista a la hora de ponerte las metas. Dejar de fumar es complicado, y puedes llegar a frustrarte si quieres hacerlo en dos meses (aunque tu mejor amiga lo haya conseguido en tiempo récord). Cada persona es diferente, y tenemos que pensar en nosotros mismos a la hora de fijar nuestras metas y el tiempo para cumplirlas. Si tienes una gran meta, una muy ambiciosa, puedes repartirla planificándola por semanas. Si, por ejemplo, tu meta es terminar el año corriendo una larga maratón como la San Silvestre Vallecana, el primer día de entrenamiento no vas a ser capaz de correr los 10 kilómetros si no tienes una buena forma física, pero tienes todo el año. Fíjate metas semanales o mensuales que te ayuden a llegar a tu gran meta cuando finalice el año.
Propósitos en orden: si tienes varios propósitos y quieres cumplirlos todos, el entusiasmo es genial pero no podrás con todos a la vez. Lo mejor que puedes hacer es organizarlos de manera jerárquica. Pon el primero de la lista el propósito más importante para ti, y cuando lo cumplas pasa al siguiente.
Elige con el corazón: recuerda que los propósitos que elijas tienen que motivarte, tienen que ser cosas que realmente quieras hacer de corazón; si te propones una meta porque tu mejor amiga se la ha propuesto pero no te motiva, no llegarás a cumplirla. Además, tiene que resultarte un desafío para que haya una motivación, ya que si no la hay te aburrirás enseguida y no lo cumplirás.
Planea tus días teniendo en cuenta el cumplimiento de tu propósito: si no lo planeas con antelación, puede ser surjan compromisos ineludibles que hagan imposible ir al gimnasio hoy. Ni mañana, ni pasado, ni al otro porque estás cansada. Incluye en tu agenda la actividad en cuestión, y recuerda que siempre es más efectivo dedicar 30 minutos todos los días que 3 horas una vez cada 15 días.
No te rindas: seamos sinceras, al principio empezamos con mucha fuerza y con nuestras expectativas al máximo, pero cuando vemos que nuestros resultados no son tan buenos como desearíamos, nos frustramos y pensamos en tirar la toalla. Tenemos que ser fuertes y tener paciencia, que todo esfuerzo siempre tiene una recompensa, aunque sea pequeñita, es mejor conseguirlo poquito a poco que no conseguirlo. ¡Nada de rendirse!
Cree en ti misma: la razón principal por la que no se suelen cumplir los propósitos de año nuevo es por no creer en uno mismo. Este año, tenemos que evitar caer en ese viejo mal hábito de no creer en nosotras mismas porque podemos. Si tienes una actitud positiva, conseguirás lo que te propongas, ¡no te olvides de sonreír y de pasarlo bien!
Conclusión: la mejor manera de conseguir tus propósitos de año nuevo es afrontar, con una actitud positiva, la meta que te has fijado, que tiene que ser específica, cuantificable, realizable, recompensable (porque, una vez que lo consigamos, nos merecemos una recompensa) y, por supuesto, adaptada a nuestras necesidades de tiempo y planificación.
Si (
No(
