La época dorada del Londres de los años 60 parecía irrecuperable hace unos años. Ahora, la City resurge de sus cenizas en una nueva etapa de diseño, música, arte y cultura y como guinda, los Juegos Olímpicos.
Y en cuanto a moda, la cosas no son muy diferentes. Quizás como Alexander McQueen como figura visible de la explosión del diseño de moda británico, seguido de cerca por Stella McCartney, la London Fashion Week va tomando adeptos temporada por temporada, y los streetstyle londinenses son inconfundibles en estilo y osadía. Igualmente pasa con las modelos, con Kate Moss a la cabeza, cuya personalidad y carisma han revalorizado los maniquís del país del Fish and Chips. Y en cuanto a las tiendas de a pie, las marcas británicas como Topshop y la “retail store” Asos triunfan en las jóvenes de medio mundo.
Pero, ¿que hacen las londinenses para obtener ese estilo tan propio? Lo primero, poca vergüenza. En España somos poco partidarias de innovar. El miedo a hacer el ridículo o la excesiva adhesión a las modas del momento termina por conseguir legiones de chicas uniformadas. En Londres, en la variedad está el gusto. Como ciudad multicultural, la libertad a la hora de elegir la ropa es casi infinita, y la gente no ve extraño prácticamente nada.
Lo segundo, son maestras de las mezclas. Combinaciones a todas luces imposibles resultan fantásticas en manos de las trendsetters inglesas. Consiguen las combinaciones de colores y estilos más atrevidos como resultado de una creatividad sin límites. Se divierten vistiéndose, es una moda con sentido del humor.
Y por último, continuidad. Cada una tiene su propio estilo, su leitmotiv, una clave en la que trabajar su personalidad a la hora de vestir, sin llevar nada fuera de su estilo y al mismo tiempo innovando dentro de su repertorio. Pocas siguen las tendencias, sino que las crean.
Así que ya sabéis, es tan sencillo como atreverse, mezclar, divertirse y ser fieles a un estilo propio más allá de modas.
Si (
No(
