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Córdoba, Andalucía

Córdoba, Andalucía

jueves 16 de octubre de 2014, 19:09h

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Cuna de la historia y con un pasado enriquecedor, escolta recelosa a su Mezquita y su Catedral. Para palpar la cultura de la ciudad solo hace falta una ojeada.

Sus callejuelas, sus plazas andaluzas y sus patios cordobeses acompañan a todos los tesoros que se esconden por la admirable ciudad de Córdoba.

Son muy pocos lugares en el mundo que pueden presumir de haber sido capital de la Hispania Ulterior bajo el Imperio Romano y capital del Califato de los Omeyas. Esta ciudad con miles de años de historia, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad y es conocida no solo por los grandes monumentos que acoge, sino también por ser sinónimo de arte y naturaleza. El paseo por el casco histórico es de visita obligada para conocer la historia de la ciudad y entender todo el legado que dejaron sus antepasados.

La Mezquita, símbolo de Córdoba, es el monumento más importante de todo el Occidente islámico y la tercera Mezquita del mundo en extensión. Su interior reserva joyas arquitectónicas que son custodiadas por los grandes muros que rodean la Mezquita. Sus arcos de herradura, con las columnas bicromáticas, acompañan al Mihrab cuyas inscripciones del Corán en oro no dejan indiferente a nadie.

Además, los mosaicos que se pueden observar en su interior muestran la fusión de la cultura griega con la musulmana. Desde allí podemos caminar para conocer el Puente Romano, un lugar donde ver el río Guadalquivir que atraviesa esta ciudad y donde contemplar el ir y venir de la gente. El Arcángel San Rafael que se encuentra situado en la mitad del puente nos guiará hasta la otra orilla del río.

Córdoba estuvo en su día rodeada por murallas de las que aún se conservan restos. La Puerta del Puente es un ejemplo de ello y en la actualidad alberga una Sala de Exposiciones y un Mirador. Pero si hay un lugar que guarda historia, es el Alcázar de los Reyes Cristianos antigua fortaleza romana y residencia de los monarcas cristianos. En él, se encuentra el Salón de Mosaicos y los Baños Reales. Sus jardines, de inspiración árabe, están llenos de naranjos y limoneros que adornan, aun más si pueden, las fuentes y los estanques del Alcázar.

Los judíos dejaron también su huella en esta ciudad con la Sinagoga del siglo XIV de estilo mudéjar. Su estancia principal de forma cuadrangular, está decorada con atauriques mudéjares que no debemos dejar de contemplar, al igual que los arcos ornamentados con yeserías de la zona femenina de la Sinagoga. Y andando por la Judería, vamos a encontrarnos con un lugar muy especial y particular, se trata de la calle de las Flores. Estrecha y serena, muestra sus floreados balcones a los visitantes que acuden para ver desde la fuente situada en el centro de la plaza, la torre de la Catedral.

Pero si vamos a visitar las plazas de Córdoba, no podemos olvidarnos de la Plaza de los Capuchinos o de la Plaza de las Tendillas. Compases flamencos de guitarra por soleares se oyen cada vez que el reloj da las horas en este peculiar lugar. Para contemplar la belleza y simpatía de esta plaza lo mejor es quedarnos a descansar aquí y relajarnos a la vez que nos inundamos del mejor ambiente cordobés.

La ciudad de Córdoba está llena de lugares especiales y un ejemplo de ello es la Plaza de la Corredera. Está rodeada de soportales con grandes arcos de medio punto sobre los que se alzan tres plantas de casas de particulares. Aquí vamos a poder disfrutar de tiendas de antigüedades, librerías o bares donde gozar en uno de los muchos días de sol con los que cuenta la ciudad.

Nuestro viaje no puede terminar sin visitar el Templo Romano de grandes dimensiones situado cerca del Ayuntamiento. Se ha reconstruido una gran parte del Templo y algunas de las piezas originales se encuentran expuestas en el Museo Arqueológico en incluso por la ciudad, como es el caso de la columna de la Plaza de las Doblas.

Córdoba es un sitio para pasear y conocer cada rincón, con tiempo y disfrutando de cada paso que demos. Es un destino al que vamos a querer volver aunque ya conozcamos cada escondite, porque siempre va a guardar algún lugar nuevo donde descubrir la magia de Andalucía.

¡Buen viaje, viajeros!

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