Cuando llega el calor el hecho de pensar que te tienes que poner un traje y el calor que puedes llegar a pasar, puede hacer que se te quiten las ganas de hacerlo, aunque hay modos de hacerlo y no morir de calor.
En verano lo mejor es pasarse a tejidos más frescos y ligeros como:
El lino, el cual es un tejido que permite dejar pasar el aire y absorber la humedad mientras que aún se siente seca al tacto. Es más resistente que el algodón y siempre se siente fresco al tacto. La única pequeña desventaja que tiene es que se arruga fácilmente.
El algodón, que al ser fruncido crea espacio entre la tela y la piel, lo que lo hace ser una de las telas más frescas. Una razón más por su uso es que no necesita plancharse debido a su aspecto naturalmente arrugado.
También elegir unos tonos más claros, como el pantalón en blanco el básico para los veranos, o el uso de chaleco en vez de la chaqueta puede ayudarnos.