Ignacio de Alfonso y Jorge Coll, quienes han importado el concepto de un restaurante que les fascinaba de Barcelona abierto en los años 70, han querido amenizar el frío invierno. Debido al amplio horario que tiene –de 13 a 1.30–, probar cualquiera de sus propuestas es una buena opción tanto para comer, cenar o para el afterwork madrileño, y así poder degustar alguno de los gin tonicsque ofrecen con más de 16 variedades de ginebras y 5 tónicas Premium. También hay cócteles como mojito, caipirinha, o piña colada. Y todo eso acompañado por diversas tapas como mini hamburguesas, pincho de tortilla con pan con tomate o mixto de jamón york y queso con trufa, hacen que sea un placer visitarlo. En definitiva: Gin tonic + tapa + amigos = diversión asegurada.
En su carta se pueden encontrar, entre otros platos, 50 variedades de tortilla, entre las que destacan la de trufa y queso, la gallega –compuesta de pimientos de padrón, cebolla y chorizo–, o la de bacalao. También hay hamburguesas al estilo steak tartar o un plato de ensalada que se puede crear con los ingredientes que más le gusten al cliente. Para endulzar la comida, hay postres como la tarta de queso casera, un brownie blanco, leche frita o la tortilla Cala D’Or (con helado de vainilla años 20 y chocolate fundido). Además, para quien prefiera comer en casa, también hay serviciotake away, aunque el restaurante cuenta con un espacio de 400 m2 dividido en tres plantas. La original decoración, en blanco y con la simpática imagen de la modelo Karin Leiz fotografiando con su cámara a los clientes desde todos los rincones, ha sido a cargo de Federico Correa.
Además, en Flash Flash los martes hay un motivo más para ir, ya que ese día hay una acción solidaria. El 5 % de la facturación del restaurante (tanto la comida como las cenas) va destinada a distintas fundaciones.
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