VIDA

Explora el corazón verde de la República Dominicana

Martes 31 de marzo de 2020
El Caribe verde y selvático ofrece aventura a raudales a los viajeros intrépidos y alternativas que agradan a los amantes del ecoturismo. Te traemos un plan para que la cuarentena se te haga más amena pensando en futuros viajes…

Naturaleza desbordante y autenticidad aguardan a los turistas dispuestos a sumergirse en el corazón verde de República Dominicana. El país cuenta con 128 áreas protegidas distribuidas por todo su territorio, incluyendo 15 reservas naturales, 32 parques nacionales y 31 monumentos nacionales que ofrecen al viajero un abanico de biodiversidad difícil de igualar. República Dominicana es la puerta que nos descubre el Caribe verde y selvático con el que sueñan los aventureros y los amantes de la naturaleza.

La impresionante biodiversidad es, en efecto, uno de los atractivos genuinos de este destino y también uno de sus “secretos” mejor guardados. El gran turismo está por descubrir el tesoro verde de República Dominicana, generalmente reservado a los circuitos alternativos y de ecoturismo, y a los viajeros independientes.

“Quienes buscan un turismo no masificado y disfrutan de la naturaleza en estado puro no se sentirán defraudados en República Dominicana. Somos un destino caribeño que rompe estereotipos con una oferta de naturaleza fuera de lo común, con experiencias de aventura y con un turismo rural emergente”, apunta Karyna Font-Bernard, directora de la Oficina de Promoción Turística de República Dominicana para España y Portugal.

Rutas de senderismo para todos

El senderismo en República Dominicana ofrece el disfrute de paisajes increíbles. Hay senderos fáciles de recorrer y otros capaces de poner a prueba la buena forma de los senderistas más avezados. Entre los aptos para todos los públicos está el Sendero Ecológico y Arqueológico Padre Nuestro en el interior del Parque Nacional de Cotubanamá, en el sureste del país. Ofrece un trayecto de dos kilómetros que atraviesa un bosque tropical antiguamente habitado por los indios taínos, población originaria de República Dominicana. Al transitarlo descubrimos una increíble variedad de flora y fauna, además de visitar algunas cuevas subterráneas con manantiales de agua dulce. El chapuzón está permitido y se agradece después de la caminata.

Para una ruta inolvidable es aconsejable adentrarse en el interior de República Dominicana. En la cordillera central, cerca del municipio de Constanza, se encuentra la Reserva Científica Ébano Verde, que cuenta con una zona habilitada para las caminatas, el sendero Baño de las Nubes. Se dice que este lugar reúne el mayor número de plantas endémicas de todo el territorio dominicano, entre las que se incluye el ébano verde. Este árbol de madera preciosa da, precisamente, nombre a la reserva.

Mención aparte merece el Parque Nacional José Armando Bermúdez, donde se encuentra la máxima cota de República Dominicana, el imponente Pico Duarte, que alcanza los 3.098 metros. Este parque nacional, con su extensión de 767 kilómetros cuadrados, cubre junto al vecino Parque Nacional José del Carmen Ramírez toda la superficie de la Cordillera Central dominicana. Es imprescindible llevar ropa de abrigo porque aquí la temperatura puede bajar de cero grados durante las noches más frías. Entre las especies vegetales destacan los pinos criollos, la caoba, los grandes helechos, etc. Y a nivel de fauna también se pueden ver especies únicas como el loro de La Hispaniola o la hutía, un simpático roedor que habita en el Caribe. Para completar esta aventura, que exige varios días de ruta, es obligado contratar guía oficiales.

Eco-resorts y eco-lodges

Las grandes marcas hoteleras son conscientes del interés creciente por el ecoturismo y están apostando por nuevos conceptos que van en esa línea. Un ejemplo significativo es el de Club Med, que hace un mes inauguró oficialmente en el municipio dominicano de Miches, provincia de El Seibo, un eco-resort con una inversión asociada de 100 millones de dólares.

Perfectamente integrado en la naturaleza gracias a su diseño de baja densidad, el eco-resort de Miches-Playa Esmeralda se ubica en mitad de un palmeral. Ofrece a los viajeros y familias la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones activas rodeados de bosque tropical, al tiempo que crea más de 400 empleos en la zona, insuflando vitalidad a la comunidad local. Todas las excursiones que organice el resort compensarán su huella de carbono al 100%.

Junto a los desarrollos de grupos turísticos internacionales va ganando presencia el turismo rural, más modesto quizás en su presentación, pero con una propuesta profundamente genuina. Son los eco-lodges y ranchos que ofrecen alojamiento en sencillas cabañas construidas con madera y juncos, a la que suman una cocina 100% local, sin artificios. Se pueden reservar directamente o en las grandes plataformas online, poniendo al alcance del viajero la posibilidad de descubrir a su aire regiones del interior como la verdísima Jarabacoa. Complejos de ecoturismos como Angostura, Sonido del Yaque o Tubagua Plantation Eco Lodge pertenecen a esta categoría de alojamientos rurales, cuyo entorno es idóneo para excursiones de montaña y senderismo.

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