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Sexo en el agua

Mayte Sastre | Viernes 31 de julio de 2015
El sexo es algo que “se es”: Las personas somos hombres y mujeres; aunque no siempre se usa correctamente la palabra “sexo” y nos referimos con ella a los órganos genitales y a las relaciones eróticas.

Por otra parte está la identidad sexual, que supone reconocernos nosotros mismos como hombres o mujeres. La identidad sexual se va creando en la infancia, pero es en la adolescencia cuando marca su diferencia más profunda.

Así mismo hablamos de sexualidad para referirnos a la forma en la que nos sentimos y expresamos como hombres o mujeres. La sexualidad es una dimensión del ser humano que nos permite, sobre todo, obtener placer. Por ello, es importante que la vivamos como algo positivo y saludable. Que la cuidemos y cultivemos.

Así mismo, cada uno de nosotros nos encontramos con nuestra propia identidad y así desarrollamos las actividades que nos gustan y mostramos las aventuras y las posturas que más nos motivan en la práctica del sexo.

Nos centramos en la actividad más placentera para el cuerpo y la mente y así en el desarrollo de una de las aventuras que casi todo el mundo tiene, sexo en el agua.


Sexo en el mar

Lo positivo del sexo en el mar. La temperatura cálida, los cuerpos bronceados y sudados, las olas revoloteando alrededor, meciéndolos como en una cuna, y la sensación de que alguien pueda descubrirlos, son factores que hacen que el sexo en el mar sea una experiencia realmente sexy.

Lo negativo del sexo en el mar. La arena y sal propias del mar, pueden producir irritaciones en la zona íntima, por lo que es importante que después bañarse con abundante agua dulce.

Lo ideal. La posición ideal para hacer el amor en el mar es uno frente al otro, abrazándose, como si simplemente estuvieran conversando, así se puede disimular mejor lo que realmente está pasando bajo el agua.


Sexo en la piscina

Lo positivo en el sexo en la piscina. Tienes las mismas ventajas eróticas del mar, con la diferencia de que en una piscina puede ser bastante más privado, ya que es más factible encontrarse a solas aquí que en una playa. También existe el pro de que no hay arena ni sal, por lo que te olvidas de las posibles irritaciones. Es más, el agua puede generar un efecto “lubricante” muy placentero, tanto para el hombre como para la mujer.

Lo negativo en el sexo en la piscina. Es necesario estar solos. Si es que no se encuentran a solas, resulta casi imposible pasar desapercibidos, pues a diferencia del mar, el agua de la piscina es transparente, por lo que queda en evidencia cualquier cosita picarona que se quiera realizar.

Lo ideal. Las piscinas son amplias y además tienen bordes y escaleras en los cuales afirmarte y apoyarte, así que has uso de ellos para probar todas las posiciones que se te ocurran.


Sexo en el jacuzzi

Lo positivo del sexo en el jacuzzi. Hacer el amor en un jacuzzi debe ser una de las experiencias más sexys de la vida. Por algo es el lugar preferido para la mayoría de las películas eróticas. La espuma, las burbujas, el vapor y los chorros de agua a presión, generan un ambiente erótico indescriptible. A esto le puedes agregar un par de velas y una esencia aromática de jazmín y listo, son protagonistas de su propia porno.

Lo negativo del sexo en el jacuzzi. No todos tienen la suerte de poseer un jacuzzi propio en casa, por lo que si este es tu caso, estás obligado a vivir esta experiencia en el jacuzzi de un hotel o motel.

Lo ideal. La posición más cómoda para hacerlo en el jacuzzi es la mujer sobre él o bien, a lo perrito apoyándote en el borde del jacuzzi.


Sexo en la ducha

Lo positivo en el sexo en la ducha. Resulta muy sexy estar tú y tu pareja abrazados bajo un chorro de agua caliente que baja por todo sus cuerpos. Además, la ducha es un lugar muy íntimo y privado, por lo que puedes hacer y decir lo que se te ocurra.

Lo negativo del sexo en la duxa. Hacerlo en la ducha puede ser un poco incómodo, ya que normalmente las duchas no son muy amplias y además no hay donde ni en qué apoyarse.

Lo ideal. Una posición que resulta cómoda en la ducha, es con el hombre atrás y la mujer inclinada un poco hacia delante, apoyándose en la pared. Pero además, la ducha es un lugar muy bueno para practicar el sexo oral, quedando el que recibe de pie y el que lo practica apoyado sobre sus rodillas. El agua escurriendo alrededor de tu cara y boca mientras lo haces le da un toque aún más sexy.

Ahora, eres tú la persona que eliges lo que quieres hacer. Disfruta


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